HUME, SARTRE Y OTROS DEMONIOS
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Hume |
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Sartre |
VS
Hume era extremadamente sensible a las críticas que sus lectores hacían a sus obras. Esta sensibilidad fue una de las razones por las cuales el magnífico Tratado fue amputado por el mismo Hume hasta convertirlo en la reducida, y un poco menos inspiradora, Investigación.
Un ejemplo de las partes amputadas del Tratado lo constituye la controvertida, pero interesante teoría del espacio y el vacío (o la ausencia) expuesta en la segunda parte del primer libro de la obra en cuestión. En la sección V de ese texto, Hume explica en qué consiste la idea del espacio y cómo esta idea tiene una importante implicación: no es posible tener la idea de ausencia, de un espacio vacío desprovisto de toda materia. Si cierta, esta implicación es un golpe bajo a todos los metafísicos que antes, durante y después de Hume han hablado del vacío o de la ausencia como si entendieran lo que quieren decir con esas palabras.
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Paul Signac |
En términos generales, la idea del espacio, según Hume, proviene de las impresiones de dos sentidos: la vista y el tacto. En estricto sentido, todas nuestras impresiones visuales y táctiles se reducen a impresiones de puntos coloreados y táctiles. Nuestra idea del espacio no es otra cosa que la idea que tenemos de la forma en la que están dispuestos u organizados esos puntos. La idea de espacio no es la copia de una impresión de espacio separada, o separable, de las demás impresiones visuales y táctiles, pues la forma en la que se nos presentan las impresiones visuales y táctiles es inseparable de estas impresiones y la idea del espacio no es otra cosa que la copia de esa forma.
Dado que la idea de espacio no es separable de los datos que nos arrojan la vista y el tacto, Hume concluye que no podemos tener una idea de espacio en el que no haya nada visible ni tangible. No podemos tener la idea del vacío.
Hume es consciente de que cualquiera que muestre que podemos tener una impresión o una idea del vacío refutará para siempre su teoría del espacio. Así, decide exponer y socavar los que él cree son los argumentos disponibles para mostrar que tenemos, o podemos tener, la idea de un espacio vacío o la idea de una ausencia.
Hume evalúa tres argumentos a favor de la idea del vacío, pero, como se verá, hay un cuarto argumento que, anacrónicamente, puede ser extraído de las reflexiones que, en El Ser y La Nada, Jean Paul Sartre hace sobre la percepción de ausencias. Los argumentos considerados por Hume son:
Hay toda una orquesta de filósofos de todos los tiempos y ubicaciones geográficas que con una extensa batería de argumentos han discutido, sin ton ni son, a favor o en contra del vacío. Como toda esa gente no puede estar loca, es razonable pensar que en sus serenatas argumentativas todos ellos tienen en mente una idea del vacío. Por consiguiente, debe ser posible tener una idea del vacío.
Hume evalúa tres argumentos a favor de la idea del vacío, pero, como se verá, hay un cuarto argumento que, anacrónicamente, puede ser extraído de las reflexiones que, en El Ser y La Nada, Jean Paul Sartre hace sobre la percepción de ausencias. Los argumentos considerados por Hume son:
1. "La Murga" Filosófica

2. "Todo Tiene Su Final"... Posible
Es perfectamente posible concebir que el creador del universo, o algún otro ser con superpoderes, ponga fin o aniquile una parte del mundo. Además, es perfectamente posible concebir que éste o aquél ser haga que todo movimiento cese.
Imaginemos que en una situación en la que ocurren estos dos fenómenos apocalípticos (es decir, una situación en la que no hay movimiento y una parte del mundo es aniquilada) hay un cuarto de cuatro paredes. El ser superpoderoso decide aniquilar la pared oriental, la pared occidental, y toda materia que esté entre esas dos paredes, dejando intactas las paredes norte y sur del cuarto.
Si el vacío no fuera posible, una vez el ser superpoderoso remueve la materia comprendida entre las paredes oriental y occidental, las paredes norte y sur colapsarían; o sea, se juntarían, pues tendrían que ocupar la vacante dejada por la materia removida.
Sin embargo, si las paredes norte y sur se juntan, entonces habría movimiento, dado que juntarse implica cambiar de posición y, cambiar de posición es, justamente, moverse. Pero hemos supuesto que el cuarto se encuentra en una situación apocalíptica posible en la que no hay movimiento.
Así, como no hay movimiento en la situación descrita, las paredes norte y sur no pueden juntarse. Si las paredes norte y sur no pueden juntarse, entonces habría un vacío entre ellas. En pocas palabras, el vació es posible y como el vacío es posible, podemos tener una idea de él.
3. "Quítate tú pa' ponerme yo"
Quizás no sólo la idea de vacío es posible, sino necesaria para explicar la posibilidad misma del movimiento: que un objeto material se mueva implica que cambia de posición espacial. Puesto que no es posible que dos objetos materiales ocupen la misma posición espacial, hay que aceptar que cuando un objeto cambia de posición, debe hacerlo hacia una posición que no esté ya ocupada por otro objeto material. Dicha posición, en consecuencia, debe ser una porción de espacio vacío. Así, la idea del vacío es necesaria para explicar la posibilidad misma del movimiento y como el movimiento no sólo es posible, sino que existe, se sigue que hay una idea del vacío.
4. "No importa tu ausencia, te sigo esperando..."
Para Hume, al menos hay algo claramente cierto acerca del vacío: si acaso hay alguna idea del espacio vacío, dicha idea no puede provenir de una impresión sensorial. Esto por lo siguiente:
Si la idea del vacío surgiera de una impresión, esta impresión debería ser de la vista o el tacto. La idea del vacío sólo podría surgir de una impresión visual y táctil si la ausencia de color o la ausencia de tacto fuera sensible. Pero la vista y el tacto sólo nos dan información de puntos tangibles y coloreados. Así, como no tenemos impresiones sensoriales de ausencias, la idea del vacío no puede surgir de una impresión de la vista ni del tacto y, por consiguiente, no puede surgir de ninguna impresión.
Hume supone como evidente que no tenemos experiencia perceptual (visual, táctil) de las ausencias, pero es esto tan evidente? En el primer capítulo de la primera parte de El Ser y la Nada, Sartre sugiere un caso en el que presuntamente vemos una ausencia: Sartre se quedó de encontrar con Simone en un café que ambos solían frecuentar. Sartre esperaba encontrar a Simone sentada en una de las mesas del café, una mesa en la que siempre se sentaba Simone. Sartre fue al encuentro, entro en el café, buscó a Simone y no estaba. Dirigió su mirada a la mesa preferida de Simone y notó, observó, vio, su ausencia. Así, Sartre tuvo una impresión sensible de ausencia y, si la teoría de las ideas de Hume es cierta, tuvo una idea de ausencia.
Otros presuntos ejemplos de experiencia sensible de ausencias a los que puede acudir Sartre, y cualquier crítico de Hume, son: la percepción de los huecos (un hueco, después de todo, es una ausencia, no?) y la experiencia auditiva de pausas y silencios. Y qué me dicen de estos otros aparentes casos tipo Sartre:
El caso de Sartre y los demás casos tipo Sartre, si legítimos, ponen en aprietos a Hume, pues abren la posibilidad de que la idea del vacío surja de una impresión sensible de una ausencia, contrario a lo que Hume pensaba. De este modo, la exposición de casos tipo Sartre constituyen un cuarto argumento a favor de la idea del espacio vacío.
LO TRISTE

Imagínese un Hume feliz que hubiera ofrecido la argumentación más fuerte posible en contra de los cuatro argumentos a favor de la idea del vacío aquí presentados. Cómo serían esos ataques? Qué premisas cuestionaría Hume? Cómo cuestionaría la validez de los argumentos?
Apreciado lector, trate de construir (apoyándose, de ser posible, en las secciones V y VI de la segunda parte del primer libro del Tratado) a un Hume que no se intimide por las críticas, que sea increíblemente convincente, y que destruya alguno o todos los cuatro argumentos en cuestión. Si esta misión es demasiado arriesgada, evalúe los intentos de aquellos que quieren ver a Hume en su salsa.