Tuesday, March 12, 2013

TRISTE Y VACÍO


HUME, SARTRE Y OTROS DEMONIOS


Hume
Sartre



                                       VS  
     








Hume era extremadamente sensible a las críticas que sus lectores hacían a sus obras. Esta sensibilidad fue una de las razones por las cuales el magnífico Tratado fue amputado por el mismo Hume hasta convertirlo en la reducida, y un poco menos inspiradora, Investigación. 

Un ejemplo de las partes amputadas del Tratado lo constituye la controvertida, pero interesante teoría del espacio y el vacío (o la ausencia) expuesta en la segunda parte del primer libro de la obra en cuestión. En la sección V de ese texto, Hume explica en qué consiste la idea del espacio y cómo esta idea tiene una importante implicación: no es posible tener la idea de ausencia, de un espacio vacío desprovisto de toda materia. Si cierta, esta implicación es un golpe bajo a todos los metafísicos que antes, durante y después de Hume han hablado del vacío o de la ausencia como si entendieran lo que quieren decir con esas palabras.


Paul Signac
En términos generales, la idea del espacio, según Hume, proviene de las impresiones de dos sentidos: la vista y el tacto. En estricto  sentido, todas nuestras impresiones visuales y táctiles se reducen a impresiones de puntos coloreados y táctiles. Nuestra idea del espacio no es otra cosa que la idea que tenemos de la forma en la que están dispuestos u organizados esos puntos. La idea de espacio no es la copia de una impresión de espacio separada, o separable, de las demás impresiones visuales y táctiles, pues la forma en la que se nos presentan las impresiones visuales y táctiles es inseparable de estas impresiones y la idea del espacio no es otra cosa que la copia de esa forma.

Dado que la idea de espacio no es separable de los datos que nos arrojan la vista y el tacto, Hume concluye que no podemos tener una idea de espacio en el que no haya nada visible ni tangible. No podemos tener la idea del vacío.

Hume es consciente de que cualquiera que muestre que podemos tener una impresión o una idea del vacío refutará para siempre su teoría del espacio. Así, decide exponer y socavar los que él cree son los argumentos disponibles para mostrar que tenemos, o podemos tener, la idea de un espacio vacío o la idea de una ausencia. 


Hume evalúa tres argumentos a favor de la idea del vacío, pero, como se verá, hay un cuarto argumento que, anacrónicamente, puede ser extraído de las reflexiones que, en El Ser y La Nada, Jean Paul Sartre hace sobre la percepción de ausencias. Los argumentos considerados por Hume son:


1. "La Murga" Filosófica

Hay toda una orquesta de filósofos de todos los tiempos y ubicaciones geográficas que con una extensa batería de argumentos han discutido, sin ton ni son, a favor o en contra del vacío. Como toda esa gente no puede estar loca, es razonable pensar que en sus serenatas argumentativas todos ellos tienen en mente una idea del vacío. Por consiguiente, debe ser posible tener una idea del vacío.


2. "Todo Tiene Su Final"... Posible

Es perfectamente posible concebir que el creador del universo, o algún otro ser con superpoderes, ponga fin o aniquile una parte del mundo. Además, es perfectamente posible concebir que éste o aquél ser haga que todo movimiento cese.  

Imaginemos que en una situación en la que ocurren estos dos fenómenos apocalípticos (es decir, una situación en la que no hay movimiento y una parte del mundo es aniquilada) hay un cuarto de cuatro paredes. El ser superpoderoso decide aniquilar la pared oriental, la pared occidental, y toda materia que esté entre esas dos paredes, dejando intactas las paredes norte y sur del cuarto. 

Si el vacío no fuera posible, una vez el ser superpoderoso remueve la materia comprendida entre las paredes oriental y occidental, las paredes norte y sur colapsarían; o sea, se juntarían, pues tendrían que ocupar la vacante dejada por la materia removida. 

Sin embargo, si las paredes norte y sur se juntan, entonces habría movimiento, dado que juntarse implica cambiar de posición y, cambiar de posición es, justamente, moverse. Pero hemos supuesto que el cuarto se encuentra en una situación apocalíptica posible en la que no hay movimiento.

Así, como no hay movimiento en la situación descrita, las paredes norte y sur no pueden juntarse. Si las paredes norte y sur no pueden juntarse, entonces habría un vacío entre ellas. En pocas palabras, el vació es posible y como el vacío es posible, podemos tener una idea de él.

3.  "Quítate tú pa' ponerme yo"

Quizás no sólo la idea de vacío es posible, sino necesaria para explicar la posibilidad misma del movimiento: que un objeto material se mueva implica que cambia de posición espacial. Puesto que no es posible que dos objetos materiales ocupen la misma posición espacial, hay que aceptar que cuando un objeto cambia de posición, debe hacerlo hacia una posición que no esté ya ocupada por otro objeto material. Dicha posición, en consecuencia, debe ser una porción de espacio vacío. Así, la idea del vacío es necesaria para explicar la posibilidad misma del movimiento y como el movimiento no sólo es posible, sino que existe, se sigue que hay una idea del vacío.



4. "No importa tu ausencia, te sigo esperando..."

Para Hume, al menos hay algo claramente cierto acerca del vacío: si acaso hay alguna idea del espacio vacío, dicha idea no puede provenir de una impresión sensorial. Esto por lo siguiente:

Si la idea del vacío surgiera de una impresión, esta impresión debería ser de la vista o el tacto. La idea del vacío sólo podría surgir de una impresión visual y táctil si la ausencia de color o la ausencia de tacto fuera sensible. Pero la vista y el tacto sólo nos dan información de puntos tangibles y coloreados. Así, como no tenemos impresiones sensoriales de ausencias,  la idea del vacío no puede surgir de una impresión de la vista ni del tacto y, por consiguiente, no puede surgir de ninguna impresión. 

Hume supone como evidente que no tenemos experiencia perceptual (visual, táctil) de las ausencias, pero es esto tan evidente? En el primer capítulo de la primera parte de El Ser y la Nada, Sartre sugiere un caso en el que presuntamente vemos una ausencia: Sartre se quedó de encontrar con Simone en un café que ambos solían frecuentar. Sartre esperaba encontrar a Simone sentada en una de las mesas del café, una mesa en la que siempre se sentaba Simone. Sartre fue al encuentro, entro en el café, buscó a Simone y no estaba. Dirigió su mirada a la mesa preferida de Simone y notó, observó, vio, su ausencia. Así, Sartre tuvo una impresión sensible de ausencia y, si la teoría de las ideas de Hume es cierta, tuvo una idea de ausencia.

Otros presuntos ejemplos de experiencia sensible de ausencias a los que puede acudir Sartre, y cualquier crítico de Hume, son: la percepción de los huecos (un hueco, después de todo, es una ausencia, no?) y la experiencia auditiva de pausas y silencios. Y qué me dicen de estos otros aparentes casos tipo Sartre:




El caso de Sartre y los demás casos tipo Sartre, si legítimos, ponen en aprietos a Hume, pues abren la posibilidad de que la idea del vacío surja de una impresión sensible de una ausencia, contrario a lo que Hume pensaba. De este modo, la exposición de casos tipo Sartre constituyen un cuarto argumento a favor de la idea del espacio vacío.

LO TRISTE

Hume desarrolla un ataque algo flojo a los tres primeros argumentos citados y no provee mayores razones para pensar que los ejemplos tipo Sartre no son buenos. Esto puede explicar por qué su ataque al vacío es amputado del Tratado. Hume se dio cuenta que a la gente no le gustaba su ataque al vacío, se puso triste y abandonó su postura. 


Imagínese un Hume feliz que hubiera ofrecido la argumentación más fuerte posible en contra de los cuatro argumentos a favor de la idea del vacío aquí presentados. Cómo serían esos ataques? Qué premisas cuestionaría Hume? Cómo cuestionaría la validez de los argumentos? 

Apreciado lector, trate de construir (apoyándose, de ser posible, en las secciones V y VI de la segunda parte del primer libro del Tratadoa un Hume que no se intimide por las críticas, que sea increíblemente convincente, y que destruya alguno o todos los cuatro argumentos en cuestión. Si esta misión es demasiado arriesgada, evalúe los intentos de aquellos que quieren ver a Hume en su salsa.



Tuesday, March 5, 2013

HUME Y LA IDEA DEL ESPACIO


 O De Por Qué Los Bananos No Son Infinitamente Divisibles





Todo hombre y toda mujer que haya alcanzado el mayor grado de madurez intelectual que una persistente holgazanería puede proveer se habrá hecho alguna vez en la vida la pregunta por la divisibilidad del espacio. Es ésta una de las preguntas filosóficas más peliagudas, y más alejadas de cualquier preocupación práctica, que un sinnúmero de importantes autores han tratado, en vano, de responder. 

Cuál es la pregunta por la divisibilidad del espacio? Imagine que usted se ha dado a la ardua tarea de cortar un banano en pequeños trozos con un cuchillo Ginsu de tamaño mediano.




Imagine, además, que no contento con cortar el banano en trozos, usted comienza, cual orate, a cortar en trozos cada uno de los trozos que obtiene al cortar el banano. Luego toma los trozos de los trozos del banano y también los corta en trozos, y así sucesivamente. Seguramente, dado el tamaño del cuchillo y el tamaño de sus manos, llegará un buen momento en el que usted no será capaz de obtener más trozos de trozos de trozos de banano. 

Sin embargo, esta infeliz limitación física no es impedimento para hacer la siguiente pregunta: si contara con los medios apropiados para seguir cortando el banano en trozos de tamaño microscópico, alcanzaría algún límite, es decir, encontraría un trozo o partícula de banano que es imposible por cualquier medio dividir? O, por el contrario podría, si la divina providencia lo permite, seguir cortando indefinidamente trozos de banano cada vez más pequeños sin nunca encontrar un trozo o átomo de banano que sea indivisible?  En pocas palabras: puede, o no, el banano ser infinitamente dividido en partes? Ésta es la pregunta por la divisibilidad del espacio (aplicada a los bananos).

 En el Tratado de La Naturaleza Humana (Libro I, Parte II, secciones 1-2), Hume nos hace una revelación: no sólo el banano, sino que ninguna porción de espacio y ningún objeto que ocupe una porción de espacio puede ser infinitamente dividido en partes. La revelación de Hume se consigna en al menos tres brillantes argumentos en contra de la indivisibilidad infinita de los bananos que, mutatis mutandis, se aplica a toda creación de Dios:




1. El Argumento del Banano Imaginario


Es evidente que podemos imaginarnos los más finos detalles de un banano. No hay que ser un gran artista para tener una idea clara de un banano.
Para tener una idea clara de un objeto, debemos tener una idea de cada una de sus partes. En particular, para que tengamos una idea clara de un banano, debemos tener una idea de cada una de las partes del banano, de otro modo, no estaríamos imaginando un banano, sino sólo una porción de banano. 
Si un banano es infinitamente divisible, entonces tendrá infinitas partes.
Pero si el banano tiene infinitas partes, va a ser imposible para nosotros tener una idea de cada una de sus partes, pues nuestra mente tiene una capacidad finita de almacenamiento de ideas.
Así, si los bananos son infinitamente divisibles, no sería posible imaginar un banano. Como sí podemos imaginar un banano, hay que concluir que... los bananos NO son infinitamente divisibles. 



2. El Argumento del Gran Banano


Si se suman una cantidad infinita de partes, el total de esta suma debe ser también infinito. Así, si los bananos son infinitamente divisibles, la suma de sus infinitas partes dará como resultado un Gran Banano que será infinito.


Pero sabemos que los bananos son finitos, de otra forma no podríamos comernos uno entero. Por consiguiente, si los bananos son infinitamente divisibles, los bananos serán infinitos y finitos al mismo tiempo. Lo cual es descabellado, absurdo.




3. El Argumento de la Multiplicidad del Banano


Los bananos existen. Pero si los bananos son infinitamente divisibles, los bananos no pueden existir. Veamos por qué: 

Si algo múltiple existe, sus unidades deben existir. O, lo que es lo mismo, si no existen las unidades de lo múltiple, no existe lo múltiple. Por ejemplo, si existe un equipo de fútbol, los jugadores que lo componen también tienen que existir, o, lo que es lo mismo, si no existen los jugadores, no existe el equipo. 

Pensar que los bananos son infinitamente divisibles, es pensar que los bananos son múltiples y que no tienen unidades, pues cualquier parte de banano sería, a su vez, múltiple. 

Pero admitir que un banano no tiene unidades es aceptar que las unidades que componen el banano no existen y, así, que el banano, como algo múltiple, no existe. Pero los bananos existen y son múltiples. Por tanto,...


De tener razón, Hume habrá probado sin realizar ningún experimento, sólo con el juicioso examen de nuestra idea del espacio, que el espacio y todo lo que hay en él es solamente finitamente divisible. Existen, por tanto, átomos, unidades o puntos de espacio y materia que son imposibles de dividir, partículas elementales que no tienen partes aunque ellas mismas pueden ser partes constitutivas del universo. 

Reto al amable lector a que refute audazmente alguno de los argumentos de Hume o que responda a las refutaciones de quien se atreva a contrariar la revelación de Hume. Cualquier inquietud sobre los argumentos intentará ser resuelta por este humilde servidor.